lunes, 4 de enero de 2010

Vos no lo conoces, no tubiste la placentera sensación de recostarte sobre su cama y sin embargo adorás el sexo junto a él. Estás maravillada con su ingenio, con su destreza, con ese imperio que construye al caminar. Él no sabe, no conoce, cuanto deliras por tocarlo, por consumirlo. Ves parejas de la mano y te imaginas que el llega vestido de gala para pedirte que seas su compañera de toda la vida. Son esos sueños en que el rey se enamora de su sirvienta o en los que el hombre rico y poderozo se vuelve loco por la joven pobre y miserable..
Todas estas historias tienen como interrogante la frecuencia con la que suseden, el cambio en el libreto no es profundo. Cotidianamente uno idealiza a ciertas personas, y sin conocerlas en la entera satisfacción de ellas se enamora..
La idealización es endulzante en los sentimientos que irradia, esta puede convertirse en la trampa con la que muere un alma joven e ingenua..
No es prudente ir mas allá de los deseos, de los sueños, donde allí la posibilidad de errar es casi nula, en la realidad la fatalidad del destino te deja ciego y con millones de dudas. Una vez pisada la trampa se pierde la soltura, comienzan los tartamudeos, las trabas y se caen los anhelos qe el autor planeo silenciosamente y en secreto..
El mundo es una realidad, y este implica este tipo de fatalidades, si no como explicas la muerte, las trampas, los crimenes, los suicidios, los engaños, las mentiras, ect. Algunos piensan que sin estos problemas humanos el infierno no tendria sentido, pero seamos realistas, vivimos en el mundo, y no en un cuento de hadas..
Que nos enamoramos de "personas ideales"? Si, eso es cierto. Pero es lo mismo que enamorarse de un completo desconocido, por que una persona sin defectos no existe..
Asi que no idealizemos.. por que el amor es otro juego donde el demonio tiene una leve ventaja contra el dios creador..

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